El relativismo, en términos generales, es la opinión de que la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto, los estándares de razonamiento y los procedimientos de justificación son productos de diferentes convenciones y marcos de evaluación y que su autoridad se limita al contexto que los origina.
El relativismo es la idea de que algún elemento o aspecto de la experiencia o cultura es relativo (o depende de) algún otro elemento o aspecto. Por lo tanto, como lo expresó Aristóteles, las cosas son lo que son solo relativas a otras cosas, y nada es lo que es simplemente en virtud de sí mismo.
No es una doctrina única, sino una familia de opiniones cuyo tema común es que algún aspecto central de la experiencia, el pensamiento, la evaluación o incluso la realidad, de alguna manera es relativo a otra cosa. Por lo tanto, además de la metafísica, el relativismo es relevante para la epistemología, la ética y hasta la estética.
Protágoras y los otros sofistas, ya en el siglo V a. C., son considerados los padres fundadores del relativismo en el mundo occidental, aunque sus creencias son principalmente conocidas a través de las escrituras de sus oponentes, Platón y Sócrates. El relativismo también fue discutido por los primeros filósofos hindúes, jainistas y sijs en la India.
Relativismo metafísico
El relativismo metafísico es la posición que los objetos, y la realidad en general, solo existen en relación con otros objetos, y no tienen ningún significado en forma aislada.
El relativismo metafísico presupone el Realismo en el sentido de que hay cosas objetivas reales en el mundo que están relacionadas con otras cosas reales. La idea de que no hay realidad «allá afuera» independiente de nuestras mentes es similar al concepto de subjetivismo metafísico, y se opone al objetivismo.
Relativismo Epistemológico
El relativismo epistemológico (o relativismo cognitivo) es la idea de que nuestro conocimiento del mundo real debe ser asistido por nuestras construcciones mentales, y que la verdad o falsedad de un enunciado es relativa a un grupo social o individuo.
Sostiene que hay un sesgo cognitivo, un sesgo de notación y un sesgo cultural, todo lo cual nos impide observar objetivamente con nuestros propios sentidos y que no podemos eliminar. Por lo tanto, es una posición antidogmática que afirma que la verdad de una proposición depende de quién la interpreta porque ningún consenso moral o cultural puede o será alcanzado.
El perspectivismo es un tipo de relativismo epistemológico desarrollado por Friedrich Nietzsche que sostiene que todas las ideas (la creación de nuevas ideas) tienen lugar desde una perspectiva particular. Esto significa que hay muchas perspectivas posibles que determinan cualquier posible juicio de verdad o valor que podamos hacer. Por lo tanto, ninguna forma de ver el mundo puede considerarse definitivamente «verdadera», pero no necesariamente significa que todas las perspectivas sean igualmente válidas.
Otros tipos de relativismo
El relativismo moral es la posición de que las proposiciones morales o éticas no reflejan verdades morales objetivas y / o universales, sino que hacen afirmaciones relativas a circunstancias sociales, culturales, históricas o personales.
El relativismo estético es la visión filosófica de que el juicio de la belleza es relativo a individuos, culturas, períodos de tiempo y contextos, y que no existen criterios universales de belleza.
El relativismo antropológico (o relativismo metodológico) se refiere a una postura metodológica en la que un investigador suspende sus propios sesgos culturales para evitar el etnocentrismo en un intento de comprender las creencias y los comportamientos en sus contextos locales. En general, los antropólogos se involucran en el relativismo descriptivo, en oposición al relativismo normativo de la filosofía.
